Tras dos años de pandemia, muchas empresas en el Perú han visto en el trabajo remoto una gran posibilidad para continuar creciendo, y es que, según ManPower Group, cerca del 80 % de las compañías vienen priorizando esta modalidad.
Además, según el último estudio de EY, un 90 % del empresariado observó una mejora en la productividad gracias a factores como la flexibilidad horaria y el ahorro de tiempo entre los viajes a la oficina y de regreso al hogar.
No obstante, según la encuesta “Wellness de los ejecutivos en el Perú: Hábitos y expectativas”, de la ISIL, se conoció que el 61 % de líderes consideran que la gestión del estrés y mantener salud física son los mayores retos que han acarreado desde el inicio de la pandemia. Esto se traduce en jornadas laborales extensas o una organización personal poco efectiva.
En ese sentido, la ejecutiva de Kimberly-Clark comparte cuatro prácticas corporativas para aumentar la productividad en el talento humano y mantener el bienestar de los colaboradores en su proceso de adopción de modalidades de trabajo híbridas.
- Construir una oficina virtual
Existen distintas herramientas y programas digitales para el desarrollo de tareas, y es importante saber identificarlas. Lo ideal es dar a conocerlas internamente, de forma muy detallada, para que los colaboradores entiendan la forma en la que pueden facilitar su trabajo.
Esto permitirá que comprendan todos los recursos a su disposición para mejorar su desempeño, ser más productivo y evitar distracciones; desde casa o en la oficina.
- Priorizar la comunicación asincrónica
Uno de los beneficios del trabajo híbrido es que cada colaborador puede desempeñarse de manera independiente, manejando su agenda y sus tiempos.
Esto implica que, si bien la comunicación con otros miembros de su equipo no sea instantánea ni inmediata, las reuniones y conversaciones a distancia sean mejor aprovechadas, enfocadas y objetivas.
Es importante que los colaboradores entiendan esta nueva mecánica de comunicación, y sean comprensivos al momento de comunicarse por medios virtuales. Eso sí, el mensaje debe ser claro y directo.
- Planificar el tiempo en la oficina
Al combinar la presencialidad con el trabajo remoto, lo recomendable es que las actividades de mayor envergadura y que necesiten de interacción continua, puedan discutirse y planificarse durante sesiones presenciales.
Esto permitirá una retroalimentación directa y conclusiones mejor elaboradas por parte de todo el equipo; inclusive en menor tiempo.
Las reuniones virtuales también son relevantes en este aspecto, ya que permitirán finiquitar detalles que quedaron en el aire o para alguna reunión de emergencia. Cabe resaltar que, para ambas formas, la información a compartir debe ser totalmente clara y detallada.
- Mantener la escucha continua
Un aspecto que pasa desapercibido desde hace un tiempo es recibir la opinión de todos los miembros de un equipo.
Estudios de Kimberly-Clark han evidenciado que estar abierto a nuevas ideas, escuchar perspectivas diversas, valorar los cuestionamientos y la co-creación de propuestas, son prácticas que fortalecen el ambiente laboral y nivel de compromiso de todos los colaboradores.
Por otro lado, permitirá generar soluciones más creativas ante algún problema y motivará a cada integrante del equipo a mejorar, ya que todos buscarán aportar con más ideas en las próximas reuniones.
Fuente: Carlos Guzmán