El clima laboral no puede ser un tema menor en las organizaciones, pues se trata de un componente que definirá la motivación y el compromiso que demuestran los empleados con la visión de la empresa. Lo que será clave para lograr una gestión orientada a lograr los resultados esperados.
El clima laboral hace referencia a la percepción que tiene un trabajador sobre las condiciones de trabajo. Hablamos de un componente que permite determinar la satisfacción de los colaboradores con relación a su nivel de bienestar en el cargo. Lo que puede ser entendido como un indicador de compromiso y lealtad.
Un ambiente de trabajo tóxico ocasiona un alto porcentaje de rotación, reduce el nivel de productividad, entre otras consecuencias. Así que vamos a hablar de las señales que caracterizan a una empresa con un clima laboral tóxico para que pueda definir acciones de intervención:
- No existe el trabajo en equipo
Cuando los empleados trabajan de manera armoniosa se observa en la calidad de su trabajo. Sin embargo, cuando esto no ocurre tiene lugar dentro de la oficina una competencia negativa, y en ocasiones desleal, que termina generando conflictos y tensiones que desmejoran las relaciones entre los miembros que componen al equipo de trabajo.
- Se buscan culpables, no soluciones
Si cada vez que se presenta un inconveniente, los líderes se empeñan en buscar a un culpable y no en encontrar una solución, se está claramente en un clima laboral tóxico. Además, cuando existe un buen clima laboral, no hace falta buscar culpables para señalarlos o estigmatizarlos, pues cada colaborador se siente responsable de sus acciones.
- No se respetan las reglas y procedimientos
En muchas empresas, los empleados tienden a desconocer las reglas y lineamientos que deben regir cada uno de los procedimientos para asegurar una alta calidad. Esto también tiene que ver con respetar las normas relacionadas con la carga de trabajo y los horarios laborales para no “quemar” a los colaboradores.
- Liderazgo negativo
Un estilo de liderazgo tiránico y despótico es una clara señal de un clima laboral tóxico. Un buen ejemplo es cuando los empleados sienten que su jefe no confía en ellos y que, además, rara vez los escucha. A lo anterior se le puede agregar conductas inapropiadas como burlas, comentarios despectivos y comparaciones innecesarias entre pares.
- No se reconoce el mérito
¿Sus logros son constantemente minimizados y sus aportes no son tomados en cuenta por los demás miembros de la empresa? Además, su jefe no le brinda retroalimentación de manera periódica. Restar valor a los logros alcanzados por los empleados es la clásica señal de un ambiente laboral tóxico.
- Ausencia de comunicación
¿Los jefes nunca están disponibles para atender sus requerimientos y los demás colegas demuestran un trato antipático en los diversos canales de comunicación? Este punto también incluye la retención de información y la difusión de información engañosa para afectar a otros empleados.
Muchas compañías siguen enfocadas en privilegiar la obtención de resultados a costas del bienestar de los empleados. Hoy el mercado laboral es diferente, y los empleados tienen nuevas exigencias. Por lo cual, para afrontar con éxito los retos del mercado hace falta contar con un equipo motivado y alineado con los objetivos estratégicos.
Por último, si ha identificado alguna de las anteriores señales en su trabajo, es motivo para alarmarse pues supone un riesgo para la operación de la empresa. Lograr un buen ambiente laboral debe ser una prioridad. Además, no hace falta invertir una gran cantidad de recursos en beneficios monetarios o físicos, sino empeñarse en crear una empresa humana intregral y comprometida.
Fuente: Francisco Morales