¿Has notado que tus empleados renuncian con frecuencia, los tiempos de estadía en la organización son cortos y cada que alguien entra, otras más se van? Es posible que tu empresa sea la que ahuyente a los colaboradores y no lo has notado.
Renunciar a una empresa no es una decisión que siempre se toma a la ligera, las personas siempre tienen un motivo fuerte para decir adiós, sobre todo cuando se tienen responsabilidades como familia e hijos.
Lo más común es renunciar por tener otra oportunidad de empleo en algún otro lado o por proyectos personales; sin embargo, pueden presentarse otras situaciones en las que las personas prefieren irse sin tener otras opciones laborales con tal de no seguir en espacios tóxicos, por lo que debes prestar atención a la cultura de tu organización.
De acuerdo con el reporte Global Job Seeker Trends: Why & How People Change Jobs, elaborado por LinkedIn al analizar miles de perfiles, hay seis razones principales por las que los colaboradores renuncian y que no tienen que ver con otras opciones laborales.
Poco espacio para crecer
Si en tu empresa no hay oportunidades de crecimiento, los colaboradores se estancan y sienten que su esfuerzo no vale de nada porque no pueden ascender a otras posiciones, lo que a su vez genera frustración, desaliento y poco compromiso.
Por ello, asegúrate de contar con programas que permitan el crecimiento en la organización, así como una mayor participación de las personas en áreas críticas.
Mal liderazgo
Tener un jefe en lugar de líder es de las principales razones para irse a pesar de que la organización sea buena.
Entre las malas prácticas más comunes de los jefes destaca el cargar de trabajo a los colaboradores, no ser flexible, exigir en lugar de solicitar, tener tratos preferenciales, delegar todas las tareas los demás sin hacer algo de forma personal, no ayudar al crecimiento, mal trato en general, entre otros.
Recuerda que la mayoría de los casos las personas renuncian a los jefes, no a las empresas.
Pésima cultura de trabajo
Basarse en una “cultura” donde la obligación sea trabajar sin ofrecer un crecimiento personal y donde impere un ambiente hostil, es otra razón para irse.
Frases como “¡trabaja!, para eso te pago”, “¡ponte la camiseta!”, “si no quieres puede traer a alguien más en minutos”, "si no haces horas extras no tienes compromiso" o “nadie es indispensable aquí”, son algunos de los rasgos que delatan la mala forma de trabajo en las organizaciones.
Falta de retos
Al igual que estar estancado, el no dar retos constantes a las personas las desmotiva, pierden el interés en participar en la empresa, se aburren o solo hacen lo mínimo.
Poco sueldo
El salario siempre será uno de los factores decisivos para seguir en una empresa, por lo que si nunca ofreces aumentos de salario, a pesar de tener talento destacado o que ya tenga antigüedad, desmotivarás a los colaboradores y los harás sentir que no son valorados.
Poco reconocimiento
Finalmente, el no reconocer el esfuerzo de las personas, no agradecer sus contribuciones, limitarlos a cada oportunidad, no dejarlos participar o querer imponer tu opinión siempre, provoca que las personas quieren irse porque de nada sirve estar en una empresa que no valora a los demás.
Asegúrate de agradecer las contribuciones, involucrar a las personas en los proyectos, dar retroalimentación sana, dar los créditos correspondientes y hacerlos sentir que son parte importante de la empresa.
Fuente: Elizabeth López